Objetivo:
Examinar los principios del crecimiento en la fe y vivir según ellos.
Introducción
Alguien ha comentado: “Cualquiera puede contar las semillas que hay en una manzana. Hay que ser una persona de fe para contar las manzanas que hay en una semilla.”
La fe en Dios hace posible el llevar una vida cristiana triunfante y es un requisito indispensable si se ha de agradar a Dios. Es lo que nos permite creer que Él existe y que es galardonador de los que le buscan (Hebreos 11:6). La fe cree en lo imposible porque “para Dios todo es posible” (Mateo 19:26).
La fe bíblica no es una fórmula mística y mágica que podamos usar para lograr todos nuestros deseos. Es una fuerza poderosa en nuestra vida para el servicio espiritual al Señor. La fe implica obediencia basada en la fe y la confianza en la Palabra, el carácter y las promesas de Dios. Mediante la fe, el Espíritu Santo da el poder, la confianza y la ayuda que necesitamos cada día a fin de vivir para el Señor
Comentario Bíblico
I. Crea la Palabra de Dios (Marcos 1:14,15; 4:14,20)
A. La Palabra de Dios anunciada
Jesús viajó desde Judea hasta Galilea después que Juan fue encarcelado (Marcos 1:14). A Juan el Bautista lo encarcelaron porque reprendió al rey Herodes por sus pecados, sobre todo el pecado que tenía que ver con Herodías, la esposa de su hermano (Lucas 3:19,20).
Jesús anunció las buenas nuevas del reino (vv. 14,15). Se requiere arrepentimiento y fe en Jesucristo para entrar en el reino de Dios.
Pregunta: ¿Qué significa arrepentimiento?
Arrepentimiento significa cambiar la mente y la actitud de uno, y apartarse del pecado y volverse a Dios. Una persona arrepentida debe lamentar sinceramente su pecado y cambiar su manera de vivir.
La fe incluye el confiar en Dios y depender de su perdón y su ayuda en la vida. El Señor quiere que todas las personas crean y se salven (2 Pedro 3:9).
En la parábola del sembrador (Marcos 4:3-20), la semilla representa la Palabra de Dios; el sembrador, el que predica el evangelio; y los terrenos, las distintas condiciones del corazón humano. Jesús presentó cuatro condiciones del corazón: duro, poco profundo, entre espinos y fructífero. El corazón duro resiste a la Palabra de Dios. El corazón superficial no tiene profundidad espiritual alguna. El corazón entre espinos permite que los afanes e intereses del mundo estorben la obra poderosa de la Palabra de Dios. El corazón fructífero está plenamente preparado para oír, recibir la Palabra y aplicarla a su vida. Ese corazón da una abundante cosecha espiritual para el Señor.
Es imprescindible que se siembre la Palabra de Dios. Tiene gran potencialidad porque origina cambios positivos en la vida de uno (véase Salmo 119:11,105; Juan 17:17). La Palabra de Dios es el fundamento sobre el cual las personas edifican toda su vida (véase Deuteronomio 8:3; Mateo 4:4). Jesús anunció el evangelio para que las personas se salvaran, le sirvieran y difundieran las buenas nuevas.
B. La Palabra de Dios creída
Pablo sabía que muchos de los israelitas habían rechazado el evangelio (Romanos 10:16). El Antiguo Testamento presenta muchas profecías de la venida del Mesías. Algunos que la rechazaron eran tercos, legalistas y duros de corazón, sin lugar en su vida para aceptar la gracia de Dios.
Se mostró esa gracia en los milagros de Dios, el sistema expiatorio, el ministerio sacerdotal y la provisión para su pueblo. Los que creyeron en la Palabra de Dios disfrutaron de sus promesas, su poder y su presencia en su vida. Anhelaban el día en que vendría el Mesías y establecería el reino de Dios y reinarían los justos. Hoy muchos rechazan las buenas nuevas del perdón y de la salvación de Dios.
Pregunta: ¿Por qué rechaza la gente el evangelio?
Algunos no creen en el infierno. Otros temen perder a sus amigos o renunciar a placeres terrenales. Muchos pasan por alto la necesidad de ayuda espiritual. Otros oyen el evangelio, pero no lo entienden y “viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón” (Mateo 13:19).
Cuando está preparado nuestro corazón, recibimos el evangelio y damos fruto. El crecer en la fe incluye el oír el evangelio anunciado (Romanos 10:17).
Pregunta: ¿Cómo podemos preparar el corazón para recibir la Palabra de Dios?
Debemos pedirle al Espíritu Santo que nos ayude a creer. Además, tenemos que desear que la Palabra nos ayude a crecer en la fe (1 Pedro 2:2). El crecer en la fe abarca más que simplemente escuchar lo que la Biblia dice. Hay que entender y aplicar la verdad de Dios a todas las circunstancias de la vida. La Palabra de Dios resulta poderosa y eficaz cuando la creemos, aceptamos y aplicamos a la vida diaria (Hebreos 4:12).
Los cristianos tienen la responsabilidad de predicar el evangelio de Jesucristo. La fe “es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17La gente anda en busca de ayuda, sentido en la vida y satisfacción espiritual. Los cristianos tienen las respuestas en las buenas nuevas de Jesucristo. Él espera que les den sus buenas nuevas a los demás. La última orden que dio Jesús antes de su ascensión fue que se proclamara el evangelio (Mateo 28:18-20; Lucas 24:45-48).
Los cristianos sienten un gozo extraordinario cuando le hablan a alguien de Jesucristo y de su amor. Nuestra responsabilidad es hablar. El Señor es el que salva, perdona, sana y guarda a quienes aceptan su gracia. Pero las personas tienen que oír antes que puedan creer. ¡Nos corresponde a nosotros ir y hablarles de Jesucristo para que crean en Él!
II. Sirva al Señor (Lucas 17:5,6)
A. Fe fructífera
Lucas y Mateo transcribieron la enseñanza de Jesús acerca del perdón (Lucas 17:1-4; Mateo 18:21,22). Mateo indica que esa enseñanza se presentó debido a una pregunta que hizo Pedro.
Pedro consideró que siete veces era suficiente para perdonar algo malo que le hubieran hecho. Algunos rabinos de la época de Cristo enseñaban que se debía perdonar sólo tres veces. La respuesta de Jesús, “setenta veces siete”, quería decir perdón ilimitado (Mateo 18:22). No hay límite alguno donde hay fe y amor genuinos.
Pregunta: ¿Por qué es a veces difícil perdonar?
La naturaleza humana nos hace difícil el perdonar a los demás. Algunos no han aprendido a perdonar y a librarse de rencores.
Durante el discurso de Jesús acerca del perdón, los apóstoles le pidieron que les aumentara la fe (Lucas 17:5). Comprendían su falta de fe para perdonar como había enseñado Jesús. Como respuesta. Jesús puso de relieve la potencialidad y el poder de la fe (v. 6).
Pregunta: ¿Por qué es importante la fe para la vida cristiana?
La fe viva, poderosa y activa es el fundamento sobre el cual se edifica toda la vida cristiana. Una forma en que se ejemplifica eso es mediante el perdón que Jesús enseñó. La fe en Jesucristo se expresa en el servicio sincero y en la victoria espiritual.
Jesús comparó la fe con la semilla de mostaza (v. 6). La semilla de mostaza es pequeñita, pero crece hasta convertirse en árbol con grandes ramas y mucho fruto. Una pequeña cantidad de fe es eficaz para romper las cadenas de la falta de perdón. Jesús ilustró este concepto enseñando que una pequeña cantidad de fe podía arrancar de raíz un sicómoro y echarlo en el mar.
En esta ilustración. Jesús empleó una figura de dicción llamada hipérbole. Una hipérbole es una exageración de un concepto o una verdad para captar la atención y subrayar un punto importante. La proposición que estaba tratando de establecer era que una pequeña cantidad de fe, la fe que ya uno tiene, posee una potencialidad extraordinaria para los cristianos.
El sicómoro tiene fuertes raíces. Esa ilustración puso de relieve que una pequeña cantidad de fe es más poderosa que las raíces de la falta de perdón o la dificultad. Cuan emocionante es la verdad que se revela en este pasaje: Dios, deseando obrar en nuestra vida, responde a la fe que tenemos en Él, aun a la “fe [tan pequeña] como un grano de mostaza” (v. 6).
B. Deber constante
Pregunta: ¿Por qué hizo resaltar Jesús el deber constante?
En esa parábola Jesús hizo resaltar el deber de un siervo con su señor (Lucas 17:7-10). Un señor nunca serviría al siervo. Más bien esperaría que su siervo lo ayudara. Se supone que un siervo preste fielmente su servicio porque ese es su deber. Se pone de relieve ese principio muchas veces en la Biblia (Efesios 6:6,7).
El Señor espera fidelidad, ya sea que el servicio se haga en público o en privado. Los cristianos sirven sin considerar el reconocimiento, el aprecio ni los beneficios recibidos. La actitud del servicio cristiano debe ser amar a Dios y a las personas.
Pregunta: ¿Cómo contribuye a edificar nuestra fe el servir a Dios?
David tuvo la fe para derrotar a Goliat porque sabía cómo lo había ayudado Dios a derrotar al león y al oso (1 Samuel 17:37). A los discípulos se les reprendió por tener poca fe cuando interpretaron mal la advertencia de Jesús contra la levadura de los fariseo y de los herodianos (Marcos 8:14-21). Pensaron que estaba molesto porque no habían llevado pan. Jesús les recordó los milagros de alimentación de las multitudes.
La fe de los discípulos debió haber crecido gracias a esas experiencias de la milagrosa provisión de Dios. Pero no habían crecido aun lo suficiente en su fe y comprensión de Dios para reconocer que Él supliría para la necesidad. El recordar lo que ha provisto Dios en el pasado nos ayudará a creer en Él para lo que necesitamos hoy.
III. Practique disciplinas espirituales (Colosenses 2:5-7)
A. Progreso espiritual
Pablo nunca había estado en Colosas; sólo había oído de la fe de ellos en el Señor (Colosenses 1:4,9). Epafras, quien probablemente se salvara mediante el ministerio de Pablo en Éfeso, predicó en Colosas y ayudó a establecer aquella iglesia (v. 7).
Pablo exhortó a los cristianos colosenses que siguieran fieles al Señor (2:5-7). No quería que fueran engañados por las falsas doctrinas que se habían infiltrado en la iglesia. Pablo refutó esas doctrinas a lo largo de toda esa epístola.
Entre las falsas doctrinas que había en Colosas estaban el ritualismo (Colosenses 2:16,17); el ascetismo (v. 21); la adoración de ángeles (2:18); la interpretación equivocada de la naturaleza de Jesucristo (v. 3,9); el conocimiento secreto (v. 18); y confianza en la sabiduría humana (vv. 4,8 ). Aun en la actualidad hay personas que luchan con muchas de esas cuestiones.
En el mundo actual, muchos falsos maestros dicen tener poderes espirituales extraordinarios, anunciando un resonante mensaje positivo. Sin embargo, están lejos de las sanas enseñanzas de la Biblia. Los cristianos deben cuidarse de la falsa doctrina. Deben estar firmes en sus creencias para que no influya en ellos y los engañe la falsa enseñanza.
Pablo empleó imágenes conocidas para hacer resaltar la necesidad de crecimiento y estabilidad espiritual. Él empleó ilustraciones verbales alusivas a un ejército, un árbol, un edificio, una escuela y un río a fin de mostrar distintos aspectos del crecimiento cristiano.
Los términos “orden” y “firmeza” (v. 5), alude a un ejército debidamente alineado para la batalla. Los soldados deben estar adiestrados, preparados para la lucha, y deben obedecer las órdenes. También los cristianos deben estar preparados para la lucha espiritual (Efesios 6:10-18).
La palabra “arraigados” (Colosenses 2:7) es un término agrario. Nos recuerda un árbol enraizado, que crece robusto. De igual manera, un cristiano está arraigado al creer en Jesucristo y crece en la fe y lleva fruto (Juan 15:1-8 ).
La palabra “sobreedificados” (Colosenses 2:7) es un término arquitectónico. Indica que la construcción sigue en progreso. Eso puede alentar nuestra fe, sabiendo que Dios no ha terminado con nosotros todavía.
Empleando la frase “como habéis sido enseñados”, Pablo presentó la idea de una escuela para ilustrar la necesidad de instrucción en la Palabra de Dios. El estudiar la Biblia con la iluminación del Espíritu Santo ayuda a los cristianos a crecer en la fe.
La última ilustración verbal que Pablo empleó para el crecimiento cristiano se encuentra en la palabra “abundando”. Esa palabra sugiere un río desbordado. Los cristianos han de desbordarse con acción de gracias al Señor por sus bendiciones.
B. Edificación espiritual
Pregunta: ¿Por qué deben orar los cristianos?
El fundamento de una vida cristiana es su “santísima fe” (Judas 20). La oración resulta en edificación espiritual. Edificación significa crecer o fortalecerse.
La oración es más que pedirle al Señor que satisfaga nuestras necesidades. Oración es la comunión con el Señor en la que los creyentes buscan, aprenden y obedecen la voluntad de Dios (Hechos 4:23-31). Cuando los cristianos pasan tiempo con Jesucristo en la oración, se vuelven espiritualmente fuertes y están preparados para enfrentarse a las inesperadas dificultades de la vida.
La frase “orando en el Espíritu Santo” (v. 20) sin duda incluye el orar en lenguas, o como dicen algunos, empleando nuestro lenguaje de oración. Pero la Biblia no lo limita a eso.
Efesios 6:18 nos alienta a que oremos siempre con toda oración y con específica súplica en el Espíritu. Eso indicaría el orar en el Espíritu con nuestro entendimiento en nuestro propio idioma además de orar en lenguas. Asimismo, en 1 Corintios 14, Pablo habló de orar con el espíritu (en lenguas) y con el entendimiento (en un idioma conocido).
El Señor desea que sus hijos crezcan en la fe y que permanezcan en su amor hasta que los lleve al cielo (v. 21). Una fe creciente recibe la misericordia de Dios, y por último nos da vida eterna.
Aplicación
La fe proporciona un fundamento sobre el cual edificar nuestra vida espiritual e influye en toda nuestra manera de vivir. Mediante la fe, vivimos en una diaria expectativa de la bondad de Dios.
Esta lección ha descrito cómo podemos crecer en la fe cristiana mediante la disciplina y el servicio espiritual. La fe crece cuando activa y constantemente estudiamos la Biblia, oramos, crecemos en las pruebas y dependemos del Espíritu Santo. La fe mantiene a los cristianos en el amor y la misericordia del Señor. La fe es un requisito indispensable, porque sin ella no se puede agradar a Dios (Hebreos 11:6)
Debemos oír, entender y aplicar la verdad de Dios a nuestra vida. No debemos permitir que la dureza espiritual, las emociones ni el afán de este siglo estorben la potencialidad del evangelio en nosotros. La Palabra de Dios es eficaz en ayudar que la fe crezca y es el fundamento seguro sobre el cual se edifica la vida de uno.
Los creyentes deben mostrar crecimiento en la fe. El perdón es una forma de mostrar esa fe creciente. También se expresa mediante el fiel servicio cristiano. Además, cumplir nuestro deber indica genuino amor al Señor. Por último, una actitud agradecida caracteriza la fe creciente.
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