No todo lo que dicen que es verdad

Volver la mirada sobre los costados del avión que pilotaba era algo normal. Miró los controles, al frente y luego hacia el ala izquierda. A lo lejos, inmensas planicies y montañas. Un poco más cerca, un río que serpenteaba en el paisaje como una interminable cinta de plata. Fue en ese momento que expresó su sorpresa. Once puntos se movían muy cerca. No eran aeronaves.

Era algo diferente de lo que jamás había visto. Se convirtieron en una serie de luces blancas brillantes. Nada aproximado a lo que aprendió en la academia de aviación. Golpeó con el codo a su compañero y dejaron que por momentos aquella extraña aparición robara su atención.

Una cadena de televisión transmitió las imágenes. Inmediatamente afloraron especulaciones sobre su procedencia. Los protagonistas del incidente, vinculados a la Fuerza Aérea de México, guardaron prudencia en torno al hecho. Estudiosos se aventuraron a señalar que es la prueba más contundente sobre la existencia de Ovnis. Los hechos ocurrieron el 5 de marzo.

Lo interesante de toda la polémica que han desatado la grabación hecha con una cámara infrarroja es que hay quienes –por encima de cualquier criterio– consideran que ahora sí encontraron el “eslabón perdido” y que nada podrá echar por tierra su teoría sobre la existencia de seres de otros planetas que nos visitan. Ni siquiera la posibilidad que se tratara de destellos solares les ha llevado a moverse de su convencimiento.

No se crea sabio… séalo

Realmente no estamos interesados en defender o refutar una teoría. Lo que sí nos llama la atención –como seguramente ocurrirá con usted–es el creciente número de personas que sólo admiten como verdadera su versión de cualquier incidente. La percepción que tengan los demás no cuenta.

Obrar así no desencadena otra cosa que problemas en el proceso de comunicación con otros. Es necesario que permanezcamos abiertos a escuchar y contemplar la posibilidad de que no siempre tenemos la razón. A este aspecto se refiere el proverbista de la antigüedad cuando escribió: “… no te apoyes en tu propia prudencia… No seas sabio en tu propia opinión…” (Proverbios 3:5, 7a).

Es probable que en sus relaciones interpersonales experimente problemas porque jamás acepta una opinión diferente de la suya. ¿De qué ha servido una actitud cerrada? Todo ha conducido a cortar toda posibilidad de diálogo. No olvide que la comunicación implica emitir nuestros criterios pero también recibir los de otros. No importa que estemos en desacuerdo. Nuestra verdad no siempre es la verdad. Con frecuencia la verdad ajena es la que cuenta.

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