Texto: 2 Timoteo 1:6
“Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos.”
¿Qué pasa contigo?, hace días que
vienes con un animo distinto al que sueles tener, el ir a la Iglesia ya
no te es motivo de alegría, ¿Por qué? las alabanzas ya no son tan
gozadas como antes, la adoración no es la misma y se a perdido el gusto
de las predicaciones.
¿Cuántas excusas pondrás?, ¿Quién tiene
la culpa hoy?, Si, yo se que reconoces quien realmente tiene la culpa,
se muy bien que sabes lo que esta pasando, aun cuando lo quieras
disimular tu ritmo espiritual ha bajado, ¿Qué pasa?, no me digas que
oras como antes, no te engañes pensando que leer la Biblia el poco
tiempo que lo haces es suficiente, cuando antes pasabas horas completas
leyéndola, no me vengas con que en la oración lo que ahora importa es
la calidad y no la cantidad de tiempo, ¿A quien pretendes engañar con
tanta excusa?
¿Qué pasa ahora con el servicio que
realizas?, no que antes te preparabas lo mas que podías para ir y
desarrollar tu servicio lo mejor que podías, antes orabas mucho para
que Dios te respaldara, no soportabas a que llegara la hora para ir a
servir, hacías todo por amor.
Te recuerdas el día que estabas en tu
casa preguntándote: ¿Por qué hago esto? Y Dios vino y te dijo, “Hijo lo
haces por amor a mi” tu lloraste en la presencia del Señor porque
sabias que lo hacías para El, cada día te levantas con las ganas de
servir a Dios, de hacer algo para El, venias a las personas en la calle
sin Cristo y querías detenerte a hablarle de Cristo, ¿Qué pasa ahora
contigo?
Tu primer privilegio fue el que mas
amaste, no lo podías creer por primera vez ibas a hacer algo para Dios,
era lo mejor que te podía pasar en la vida cristiana, te sentías tan
feliz que querías contárselo a todos, no te importaba que en el
privilegio tu labor era de lo mas sencillo posible, tu tenias un
corazón tan agradecido que te sentías como que era el privilegio mas
grande sobre la faz de la tierra, ¿Qué pasa ahora?
¿Cuánto tiempo esperaras para mejorar
tu relación personal con el Señor?, ¿Qué estas esperando que pase en tu
vida para cambiar tu ritmo?, ¿Por qué permites que el fuego de Dios se
apague en tu vida?
Reconócelo, ya no puedes mas, estas
cansando, sientes que no tienes fuerza, no quieres reconocerlo porque
siempre tuviste una imagen excelente delante de todos, pero se sincero
contigo mismo, necesitas de Dios, necesitas encontrarte con El,
necesitas alimentarte, estas vacío, no hay agua en el pozo de tu vida,
necesitas un respiro, necesitas a Cristo en tu vida.
No me digas que eres cristiano, yo lo
se y tu también, pero mas allá de eso es hora de volver a la senda
antigua, a gozar de lo que antes te gozabas, de volver a orar con las
ganas que antes lo hacías, de volver a leer la Palabra como antes lo
hacías, Dios quiere de ti eso y mucho mas, El anhela estar contigo, El
te quiere usar, tienes planes muy hermosos para tu vida, pero necesita
de ti que avives el fuego en tu vida.
Ya no puedes mas seguir así, es hora de
levantarte, es hora de olvidar los errores del pasado, es momento de no
ver lo que el hombre ha hecho con tu vida, es momento de perdonar a los
que han interferido en tu caminar con Cristo y es hora de perdonarte a
ti mismo por todos los errores que has cometido, es momento de pararte
firme y decir: “Señor, aquí esto nuevamente”.
Se que será difícil, pero en este
camino no estas solo, tienes a Jesús de tu lado, tienes al
TODOPODEROSO, nadie te podrá hacer frente, porque Dios estará contigo,
el peleara las batallas por ti e ira delante de ti como Poderoso
Gigante, te pondrá como cabeza y no por cola, hará de ti una nación
grande y bendecirá a los que te bendigan.
Hermano no te des por vencido, no te
quedes ahí sentado, no pienses que ya no puedes volver al mismo nivel
de antes, ¿Quién te dijo eso?, Dios puede hacer que vuelvas al mismo
nivel de antes y superarlo, lo único que necesita de ti es: DISPOSICION.
Te hago una pregunta:
¿Quieres seguir como estas? ó ¿Quieres avivar el fuego de Dios en tu vida?
La respuesta depende de tu DISPOSICION, Dios estará ahí SIEMPRE esperando tu sabia decisión.
Autor: Enrique Monterroza
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